Índice de contenido
Francia no es sólo París o subir a la Torre Eiffel, el país tiene lugares realmente bellos a los que podemos acercarnos desde la capital y pasar una jornada inolvidable, como por ejemplo podemos viajar en el tiempo y sumergirnos en el mundo de la realeza francesa, para descubrir uno de los lugares más hermosos y emblemáticos de Francia: el Palacio de Versalles.
Pero en lugar de hablar del propio palacio, vamos a centrarnos en una de las joyas que se encuentran en su extenso recinto: el Gran Trianón y el Pequeño Trianón.
El Pequeño Trianón del Palacio de Versalles
El Pequeño Trianón fue construido en el siglo XVIII por orden del rey Luis XV como regalo para su amante, la condesa de Du Barry. Sin embargo, fue su sucesor, Luis XVI, quien le dio el uso más conocido a este lugar, cediéndoselo a su esposa, María Antonieta.
Cansada de la etiqueta y la formalidad de la corte, María Antonieta encontró en el Pequeño Trianón un remanso de paz y tranquilidad donde podía escapar de las rigideces de la vida palaciega y vivir a su aire rodeada de sus amigos más cercanos.
Qué es el Petit Trianon
El Pequeño Trianón, de estilo neoclásico, es un edificio sencillo y elegante de dos plantas rodeado de jardines impresionantes. El interior del edificio está decorado con una delicadeza y refinamiento excepcionales, con frescos y muebles de estilo rococó que nos hacen sentir como si estuviéramos viviendo en la época de Luis XVI y María Antonieta.
Pero lo que más llama la atención de este lugar son los jardines que lo rodean, que fueron diseñados con una delicadeza y un refinamiento que reflejan el espíritu de la época.
Alrededor del Pequeño Trianón, encontraremos un laberinto de senderos y caminos que nos llevarán a diferentes rincones del jardín, como el Templo del Amor, el Molino de la Reina o el lago artificial donde se pueden alquilar barcas para dar un paseo.
La visita al Pequeño Trianón es una oportunidad única para sumergirnos en la historia y en la vida de la realeza francesa del siglo XVIII. Pero además, es una oportunidad para disfrutar de la belleza y la tranquilidad de los jardines que lo rodean.
El Gran Trianón del Palacio de Versalles
Continuamos nuestro recorrido por el Palacio de Versalles pero ahora nos adentraremos en el Gran Trianón.
El Gran Trianón fue construido en el siglo XVII por orden del rey Luis XIV como lugar de descanso y recreo para él y sus amantes. Es un edificio de estilo clásico rodeado de unos jardines impresionantes.
El edificio se divide en dos partes: la primera es el Vestíbulo de los Espejos, donde se encuentra una impresionante galería de espejos que recuerda a la que podemos encontrar en el Palacio de Versalles. La segunda parte es la Sala de los Malachites, que recibe su nombre por los paneles de malacate que recubren sus paredes.
Además, el Gran Trianón cuenta con unos jardines que son una auténtica maravilla. Alrededor del edificio, encontraremos un laberinto de senderos y caminos que nos llevarán a diferentes rincones del jardín, como la plaza de mármol, el estanque de las carpas o el jardín francés.
Pero sin duda, el punto fuerte del jardín es la rotonda de los Cisnes, un estanque rodeado de estatuas y en el que nadan majestuosos cisnes blancos.
En definitiva, la visita al Gran Trianón es una experiencia que no debemos perdernos si estamos de visita en Versalles. Este lugar, que ha sido testigo de grandes momentos de la historia francesa, nos transportará a una época de opulencia y esplendor, y nos permitirá disfrutar de unos jardines que son una auténtica delicia.
Entradas a Trianón del Palacio de Versalles ticket y tour
Para aprovechar al máximo la visita, te recomiendo que reserves con antelación las entradas para el Palacio de Versalles y sus jardines, especialmente si viajas en temporada alta cuando los pases se agotan rápido.
Además, te aconsejo que lleves ropa y calzado cómodo, ya que las visitas pueden durar varias horas. También es importante que tengas en cuenta que el Palacio de Versalles recibe a millones de visitantes cada año, por lo que es posible que haya colas y aglomeraciones en algunos puntos. Sin embargo, la experiencia de visitar este lugar histórico y emblemático sin duda vale la pena.
Espero que disfrutes la visita a Versalles y, si puedes, no te pierdas el espectáculo musical de las fuentes, es realmente hermoso al atardecer.